El sec­tor del alqui­ler vaca­cio­nal, a quien en oca­sio­nes se ha cul­pado del impa­ra­ble aumento de los pre­cios del alqui­ler, se defiende y ase­gura que la subida no tiene nada que ver con su acti­vi­dad y mucho menos cuando se habla de un modelo de nego­cio orien­tado al mer­cado de lujo. En los últi­mos 10 años, hay cen­sa­das unas 100.000 vivien­das en Balears que se dedi­can al alqui­ler turís­tico y que, en con­se­cuen­cia, ya no se des­ti­nan al alqui­ler habi­tual fami­liar.

El sec­tor del alqui­ler vaca­cio­nal, a quien en oca­sio­nes se ha cul­pado del impa­ra­ble aumento de los pre­cios del alqui­ler, se defiende y ase­gura que la subida no tiene nada que ver con su acti­vi­dad y mucho menos cuando se habla de un modelo de nego­cio orien­tado al mer­cado de lujo. En los últi­mos 10 años, hay cen­sa­das unas 100.000 vivien­das en Balears que se dedi­can al alqui­ler turís­tico y que, en con­se­cuen­cia, ya no se des­ti­nan al alqui­ler habi­tual fami­liar.

Sin embargo, la gerente de Hab­tur, la aso­cia­ción mayo­ri­ta­ria del alqui­ler turís­tico de Mallorca, Maria Gibert, defiende a su sec­tor. Ase­gura que esa cifra no es real, aun­que haya ins­cri­tas ofi­cial­mente más de 100.000 alo­ja­mien­tos de alqui­ler turís­tico.

Gibert pre­cisa que muchas de esas pla­zas no se comer­cia­li­zan. Ase­gura que se trata de pla­zas ‘fan­tasma’ que apa­re­cen en los regis­tros ofi­cia­les de las ins­ti­tu­cio­nes, pero que no se están alqui­lando. «Hay muchas pla­zas regis­tra­das debido a que la modi­fi­ca­ción de la ley que se hizo en el año 2017 tuvo como con­se­cuen­cia un efecto lla­mada», dice Gibert.

Explica que su aso­cia­ción sabe que muchos pro­pie­ta­rios rea­li­za­ron todos los trá­mi­tes para poder des­ti­nar sus vivien­das al alqui­ler vaca­cio­nal y die­ron de alta las casas, pero real­mente no están en el mer­cado. «No las tene­mos con­ta­bi­li­za­das, pero sabe­mos que hay muchas pla­zas que lla­ma­mos ‘fan­tasma’», explica. Insiste en que cul­par­les de la subida del pre­cio de los alqui­le­res no tiene sen­tido. En Palma, por ejem­plo, un lugar donde el pre­cio de la vivienda está dis­pa­rado, no se puede ejer­cer esta acti­vi­dad en pisos.